miércoles, 16 de abril de 2014

Los Reyes del Fuego

Tus brazos enredados en mi cuerpo
encerraban verdades de hoja perenne
que arrastraba para escapar el eco
ahogado en el hueco de tus dedos.

Las dudas seguían cabiendo
en mis brazos de hoja caduca
que apartaban deseos ajenos
lanzados a la altura de la Luna.

Juro que ahora nada parece cierto;
que ahora todo es como nunca;
que me pierdo, sí, me pierdo en sus besos;
que si me busca, me encuentro;
que somos capaces de morder el cielo
cuando somos aleaciones ardiendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario