Mi reflejo es un cuerpo duro, casi sin espíritu, mientras escucho
guitarras punzantes para el resto. Pero te echo de menos, aunque hoy no estoy
segura. Todos los días me acuerdo de que éramos (y somos) los trozos de
porcelana que el destino reunía en el centro del soporte donde estuvimos
condenados. En medio del caos nos inundábamos. Éramos (y somos)
bombillas que parpadean en señal de peligro o mostrando que nos estábamos
fundiendo. Aunque nos agarrábamos del
brazo, nos arrastrábamos mutuamente hasta el nivel medio y, después, nos
arrojábamos al aire sin creer que estábamos vivos. Pero hoy, concretamente, soy
de metal, sin sentimientos. Soy un animal.
(2011)
(2011)
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