viernes, 22 de marzo de 2013

Inspiración

Inspiración, no sé dónde queda tu casa. 

Te busqué en las burbujas de champagne francés, en el espejo que reflejó el reflejo de mil reflejos, en mi párpado vencido, en la tinta de mi bolígrafo, en el polvo de Pompeya, en las cenizas de los rayos solares, en las Torres Gemelas, en los charcos de Venecia, en el hombre del saco, en el telediario, en la cuchara del desayuno con diamantes, debajo de mis uñas, en un vuelo al ras del suelo, en un sueño descalzo, en un hogar turbulento, en el oxígeno dentro de un pez, en el fresco de fin de invierno, en año nuevo, en el bordado de mis sábanas, en la flor de mi chancla, en el olor a hierbabuena, en el rizo de mi pelo, en una pared blanca, en las agujas del reloj, en todos los números del casino, en las cuerdas de un ascensor, en una cabina de teléfono, en sus pitillos rojos, en mi colchón esquelético, en el llanto de un saxofón, en las lágrimas almacenadas en mi ojera, en el robo de los mejores tiempos, en el algodón de mi camiseta, en un calzador en blanco y negro, en la quinta copa del pino sin alcohol, en las cartas del banco, en las recetas de cocina, en la tabla periódica, en el triple sentido de todas las palabras...

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